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Aprendizajes en colaboración

Aunque el aprendizaje suele ser un producto del esfuerzo individual, también se puede decir que hay aprendizajes colectivos y que las organizaciones aprenden. Por eso, debemos afirmar que junto con lo que aprendemos de manera personal, en solitario, se desarrollan aprendizajes en colaboración.

El aprendizaje en colaboración, o colaborativo, se materializa mediante un proceso gradual en el que todos los miembros de un grupo de personas se sienten comprometidos con el aprendizaje de los demás, generando una interdependencia positiva que no implica la rivalidad o contienda que está latente en el ambiente de un aula donde no se socializan los procesos de aprendizaje, y cada estudiante percibe a los demás como rivales a vencer, para ganar la simpatía del profesor y obtener calificativos de aprobación.

Puede decirse que el aprendizaje colaborativo es “…un sistema de interacciones diseñado cuidadosamente, que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo”. Johnson et. al. (1999: 6). El aprendizaje colaborativo se adquiere cuando los docentes emplean el método de trabajo grupal o por equipos, cuya característica principal es la interacción y el aporte de todos en la construcción del conocimiento colectivo.

Durante el aprendizaje en colaboración, se comparte la autoridad y se acepta la responsabilidad o el punto de vista de otros.
Durante el aprendizaje en colaboración, se comparte la autoridad y se acepta la responsabilidad o el punto de vista de otros.

NOMBRES SIMILARES

Es frecuente que al aprendizaje colaborativo sea llamado de diversa manera: aprendizaje cooperativo, aprendizaje en colaboración, aprendizaje en equipo, o aprendizaje en grupo. Tengamos en cuenta, no obstante, que este aprendizaje debe comprender actividades que se hayan planeado intencionalmente para grupos muy interactivos y con alto protagonismo de su parte. Barkeley (2007:18)

Durante el aprendizaje en colaboración, se comparte la autoridad y se acepta la responsabilidad o el punto de vista de otros, a fin de construir consenso con los demás. Para trabajar en colaboración es necesario compartir las experiencias y la información, teniendo una clara meta grupal en la que la retroalimentación será esencial para el éxito del trabajo. “Lo que debe ser aprendido solo puede conseguirse si el trabajo del grupo es realizado en colaboración. Es el grupo el que decide cómo realizar la tarea, qué procedimientos adoptar, cómo dividir el trabajo y las tareas a realizar.” Gross (2000:53)

El docente, en cambio, tiene que diseñar cuidadosamente la propuesta, decidir los objetivos y materiales de trabajo, dar cierta información, absolver consultas, actuar de mediador cognitivo en cuanto a proponer preguntas esenciales y secundarias que realmente orienten hacia la construcción del conocimiento y no a una simple repetición de los datos, para finalmente monitorear el trabajo, resolviendo cuestiones puntuales de tipo individual o grupal según sea lo que se presente.

El aprendizaje colaborativo es una consecuencia del uso de metodologías de aprendizaje que surgen a partir de la colaboración entre personas organizadas en grupos, que comparten espacios de discusión para informarse o realizar los trabajos en equipo, empleando las nuevas tecnologías de información y comunicación.

El concepto de aprendizaje colaborativo ha sido objeto de mayor investigación durante la última década con la aparición y crecimiento del e-learning y del m-learning.
El concepto de aprendizaje colaborativo ha sido objeto de mayor investigación durante la última década con la aparición y crecimiento del e-learning y del m-learning.

DECISIONES

Muchas veces, después de una práctica habitual de esta forma de aprender, el límite entre lo que corresponde al estudiante y lo que corresponde al docente pierde claridad y es entonces cuando los mismos estudiantes pueden ser quienes decidan y elijan detalles en torno a los contenidos y propongan la forma de organizar la investigación del grupo o equipo de trabajo.

No obstante, suceden situaciones que debieran ser resueltas por el mismo grupo y que son materia de consulta. Recuerdo cuando se les dijo a los estudiantes universitarios de pregrado, en una de las asignaturas que enseño, que cada grupo debería preparar un tríptico con el resumen o datos más resaltantes que quisieran compartir con el auditorio. Esa noche, o al día siguiente, leí por correo electrónico que la coordinadora de uno de los  grupos me consultaba si pudiera ser un díptico en vez de un tríptico. Por supuesto que acepté porque daba lo mismo lo que fuese, con tal que se distribuya entre el auditorio una hoja con los datos o información principal de la ponencia grupal.

El aprendizaje en colaboración comprende las actividades de los grupos que  trabajan juntos tanto dentro como fuera del aula. Como método educativo es una variante del que llamamos trabajo grupal y puede ser formalmente estructurado, es el caso del proceso que actualmente conocemos como aprendizaje cooperativo, o simple e informal como cuando los estudiantes discuten sus ideas entre ellos buscando alguna respuesta consensuada, para después compartirla con sus demás compañeros.

Debemos manifestar, siguiendo a Crook, (1998: 167) que el aprendizaje colaborativo se desarrolla a partir de la aplicación combinada de tres principios que son los siguientes: articulación, conflicto y co-construcción.

El principio de la articulación se refiere a la necesidad que tiene cada participante de organizar, justificar y declarar sus propias ideas al resto de compañeros, además de la necesidad de su interpretación; es decir traducción cognitiva, para que sea comprendida por sus pares.

El principio del conflicto, por el que se asume que los beneficios se producen en el contexto de los desacuerdos y de sus esfuerzos para resolverlos, desacuerdos que serán de mucha importancia para estimular los momentos de justificación y negociación.

El principio de co-construcción, que hace referencia a la significación que tiene el hecho de compartir objetivos comunes y que el resultado alcanzado no sea una simple cúmulo de información que se yuxtapone; sino su elaboración, reformulación y construcción conjunta entre los participantes. El aprendizaje colaborativo se basa en premisas fundamentales, una de ellas es llegar al consenso mediante la participación conjunta  de los miembros del grupo.

Otra premisa esencial para el aprendizaje colaborativo es la voluntad de hacer, o actividad directa de cada integrante del grupo, lo cual es fundamental porque el aprendizaje colaborativo se basa en la actividad de cada uno de los miembros. Es, en primera instancia, aprendizaje activo que se desarrolla en una colectividad donde no se busca la contienda, sino en la cual todos los integrantes del grupo colaboran para la construir el conocimiento, y así contribuyen al aprendizaje de todos.

REQUERIMIENTOS

Un buen proceso requiere, en primer lugar, que exista un espacio para que todos los miembros del grupo compartan el mismo nivel de información antes de desarrollar la experticia individual, que se conseguirá por medio del rol específico que cada uno tenga al momento de participar y según su grado de esfuerzo.

Los estudiantes asumen roles desde distintas perspectivas, que representan diferentes puntos de vista de un mismo problema. Esos roles los convierten en especialistas desde la mirada del conocimiento situado. Aquí las habilidades y la información se aprenden en contextos reales y específicos, donde el aprendizaje será aplicado en situaciones cotidianas. A partir de eso, el trabajo final del grupo colaborativo tendrá lugar cuando se llegue a la transformación de esa nueva información adquirida en algún producto que necesite la aplicación efectiva de habilidades de un pensamiento superior.

Siempre hay situaciones en las que se debe tomar alguna decisión, elegir una solución entre varias y fundamentar la elección, crear una propuesta diferente de las que ya existieran, o analizar un hecho global y proponer una estrategia que se aplique a un contexto local o regional, etc. Los roles tienen que estar muy bien definidos y la información que se provea para organizarla y transformarla. Es indispensable aprender el manejo de fichas físicas sobre la información obtenida en pantalla, para recepcionar, organizar y producir nueva información que sea necesario compartir al interior del equipo de trabajo y presentar para otros.

El aprendizaje colaborativo se viene utilizando en las aulas desde hace tiempo,  aunque tal vez no seamos muy conscientes de su existencia ni abunden los estudios relacionados al respecto, o que las publicaciones  existentes  son  de  finales  de  la  década  del  noventa  e  inicios del nuevo siglo. El concepto de aprendizaje colaborativo ha sido objeto de mayor investigación durante la última década con la aparición  y crecimiento del e-learning  y del m-learning o aprendizaje móvil, y más aún debido a la pandemia de la Covid-19, ocasionada por el virus SARS-CoV2, que obligó a cerrar  las  aulas y desarrollar los aprendizajes con el soporte de plataformas tecnológicas.


Barkeley, E. et. al. Técnicas de aprendizaje colaborativo.(2007) Madrid. Ediciones Morata.

Crook, C. Ordenadores y aprendizaje colaborativo. (2008) Madrid. Ediciones Morata.

Gross, B. El ordenador invisible. (2010) Barcelona. Gedisa.

Johnson, D. et. al. La cooperación en el aula y la escuela.(1999) Buenos Aires. Aique Grupo Editor.

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Kenneth Delgado Santa Gadea
Profesor principal de la Facultad de Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima-Perú), investigador reconocido por el Concytec (Registrado en Renacyt: P0069458 ). Investiga sobre Educación Comparada, Evaluación Educacional y Educación a Distancia. Autor de varios libros sobre educación.

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