Cómo planificar una enseñanza personalizada, sin morir en el intento
Si creemos que en educación lo realmente importante son los niños, las personas, entonces las escuelas deben buscar maneras de guiar a los estudiantes en el desarrollo de todo su potencial.
Debemos proporcionar los medios, a cada individuo, para crecer más rápido y con mayor profundidad. Aprender contenidos, aprender destrezas, aprender a ser personas…
Y para ello lo principal es conocer en profundidad a nuestro alumnado, conocer su punto de partida y creer en todo su potencial; hay que enfocarse en lo que consideremos esencial y huir de repeticiones absurdas a lo largo de los cursos, a través de una enseñanza únicamente memorística; diferenciar los contenidos, las actividades dentro del proceso de aprendizaje o incluso la evaluación, con el producto que nos muestra su aprendizaje. Por último y no menos importante, potenciar la metacognición y dar un feedback individualizado sobre todo su proceso de aprendizaje.
Habiendo sido, durante muchos años, Directora de Innovación de Grupo Sorolla Educación, entidad con 7 centros desde Infantil hasta Bachillerato y ciclos formativos en la Comunidad Valenciana (España), muchas veces he oído a mis compañeros decirme:
“Ya tengo claro qué hacer, ¡no quiero café para todos! y quiero hacerlo, pero ahora viene mi problema, ¿cómo lo hago?”.
Con toda la mejor intención, les resultaba muy difícil, en aulas con ratios de 25 o incluso 30 alumnos, planificar diferentes actividades según necesidades y llegar a dar, sobre todo, un feedback correcto de manera individualizada, con entrevistas personales para analizar la evolución, revisar rúbricas, plantear objetivos concretos y medir resultados para mejorar. Y todo ello, se ha visto potenciado por la situación de Covid-19, en la que nos ha tocado vivir, donde nos hemos movido entre una presencialidad en el aula diferente o incluso con una semi presencialidad o clases Online. Añadamos a ello, la falta de recursos personales y técnicos, que hacen aún más difícil nuestro trabajo.
Pues para ello, y en todos los casos:
1.Lo primero a la hora de programar es pensar en diseño inverso, es decir, pensar como profesor ¿Qué es lo más importante que deben saber después de esta unidad? y ¿Qué destrezas deben tener adquiridas después de esta unidad?
Los conocimientos esenciales son los que se guardan en la memoria a largo plazo y los que resultan significativos para nuestro alumnado porque pueden ser usados en la vida real y para ellos tiene sentido. Los profesores deben llevar a los estudiantes a que descubran porqué es importante conocer algunos contenidos y adquirir ciertas destrezas esenciales. Al principio de cada unidad didáctica vamos a explicarles el “Para qué” y vamos a explorar sus inquietudes; como dice el Dr. Francisco Mora, Doctor en Neurociencia, “Hay que encender primero la emoción” (Motivación).
2.Después debemos determinar qué evidencias tendrán ellos y yo como profesor de que alcanzaron sus objetivos de aprendizaje. Debemos plantear, por ejemplo, la evaluación, potenciando la reflexión del propio alumnado en diferentes momentos (Metacognición), confeccionar claros criterios de evaluación, que estén a disposición del alumnado y sus familias (Rúbricas), evaluar con múltiples opciones.
3.Debemos pensar después, en planificar diferentes actividades que les ayuden a alcanzar sus objetivos previstos. Diferentes itinerarios personalizados (tres o cuatro itinerarios preestablecidos, con los mismos objetivos de aprendizaje, pero teniendo en cuenta diferentes ritmos, recursos, nº de actividades etc.). Utilizaremos también las Learning Tools para facilitar la labor del estudiante y fomentar el aprendizaje independiente (lector inmersivo, texto predictivo, traductor simultaneó, en Flipgrid: transcripción a texto de lo hablado en el vídeo de forma automática, plantillas accesibles en PowerPoint, narrador de pantalla, etc.
Disponemos ya hoy en día, de herramientas tecnológicas en el aula, que nos facilitan mucho esa labor. Aunque no debemos olvidar todo un abanico de herramientas no tecnológicas que nos ayudarán a mantener el equilibrio necesario en nuestras aulas. Por ejemplo, para planificar una buena evaluación contamos con:
- Esquemas, mapas conceptuales, infografías o mapas mentales
- Coevaluación con estructuras de aprendizaje cooperativo del Dr. Spencer Kagan
- Fabricación de productos reales
- Rúbricas, listas de cotejo, dianas de evaluación y semáforo de autoevaluación
- Semáforo de la conducta o convivencia
- Evaluación del trabajo en equipo
- Diario reflexivo del alumnado
- Porfolio del alumnado
- Herramientas tecnológicas: Socrative, Kahoot, Forms, presentaciones con PowerPoint, Sway o Flipgrid
- Evaluación Gamificada y Escape room…
Todos somos increíbles y maravillosamente diferentes. Esta es la riqueza que debemos potenciar en nuestras aulas.
Y como dice mi gran amiga la Dra. Joyce B. Swartzman, muchos años Directora y actualmente President of Initiatives and Training en el colegio Corbett Preparatory School of IDS de Tampa Florida, “Todos los niños deberían sentirse contentos yendo al colegio y entusiasmados por aprender; los niños son lo primero y merecen tener al maestro del año”.