¿Para qué evaluamos?
Perfil de la autora: Ana Municio, Colaboradora de [ED]BUILDING (edbuilding.org). Formadora, facilitadora de transformación educativa, maestra de educación infantil y primaria. Psicopedagoga. 10 años impulsando el cambio educativo. A nivel profesional, desde el Equipo de Innovación de la Titularidad de los Colegios de la Familia Sa-Fa en España, he ejercido diferentes roles: docencia, liderazgo educativo, procesos de transformación educativa, renovación pedagógica y gestión del cambio. Por otra parte, involucrarme en proyectos de diferentes entidades educativas sin ánimo de lucro me ha permitido desarrollar capacidades de gestión y liderazgo, de comunicación en redes sociales y una permanente actualización pedagógica.
En el paradigma educativo en el que el alumnado adquiere la autorregulación de su propio aprendizaje, la evaluación es un motor que facilita que cada uno alcance el mejor de sus resultados. Se trata de un cambio de cultura educativa, en la que evaluar sirve para aprender, donde el error es fuente de aprendizaje, donde todo se evalúa y todos evalúan, también donde se amplifican los instrumentos y los espacios de reflexión. ¿Es el escenario de la educación a distancia por el Covid19 el adecuado para que se perciba la necesidad de este cambio?
¿Que palabras vienen a tu mente asociadas el término evaluación?
Vamos a hacer la prueba, coge un papel y un lápiz, anota todos los verbos que se te ocurran relacionados con la evaluación…
Ahora vamos a analizarlo, ¿qué verbos has escrito? El término evaluar, normalmente en el contexto educativo se relaciona con medir, poner nota, calificar, clasificar, promocionar. Son los primeros verbos que acuden a nuestra mente; si invertimos más tiempo, enseguida lo comenzamos a relacionar con revisar programaciones, mejorar la práctica educativa…
Sin embargo, si hacemos este mismo ejercicio en el mundo empresarial, el término evaluación se relaciona instantáneamente con analizar, cambiar, mejorar. Es un término que forma parte de un ciclo de mejora continua, que mueve a la reflexión y al cambio.
En realidad, el mundo educativo también está inmerso en un proceso de cambio y la evaluación juega un papel importante en la transformación educativa, pero ¿solo para los docentes o equipos directivos?, ¿qué pasa con la evaluación del alumno?, ¿quién tiene que evaluar? y ¿por qué la evaluación nos trae de cabeza en estos momentos de #teledocencia que nos ha impuesto el confinamiento por el Covid19?
Evaluar es valorar
Si evaluar es dar valor, el tipo de evaluación que utilicemos en nuestra práctica indica dónde estamos poniendo el foco. No solo poniendo atención hacia lo que evaluamos, sino cuándo lo hacemos, cómo y sobre todo por qué evaluamos.
Tengamos en cuenta que la evaluación forma parte de un ciclo que pretende conocer la realidad para tratar de favorecer cambios optimizadores en ella:
- Evaluamos para recoger información,
- analizamos la información para conocer mejor la realidad y emitir un juicio sobre ella,
- y tomamos decisiones en función del juicio creado.
La primera concepción de evaluación que ha surgido en nuestro pequeño experimento corresponde a las decisiones de carácter social que se pueden tomar a partir de la evaluación: constatar niveles, certificar, seleccionar, orientar y calificar. Se trata de una evaluación necesaria, pero ¿sirve para tomar decisiones pedagógicas y mejorar el proceso de enseñanza?, ¿sirve para que el alumnado aprenda por sí mismo?
La evaluación efectiva
Dice Neus Sanmartí (2007) que la evaluación debe ser gratificante y por tanto, vivida por el alumno como un aspecto positivo y necesario para desarrollarse. El error, por lo tanto, se percibe como una forma natural de aprender y que se encamina a la mejora.
Partir de esta premisa cambia la percepción de la evaluación, porque nos redirige la mirada al verdadero protagonista de la educación: el alumno.
La evaluación formativa, es aquella que tiene como finalidad regular el proceso de enseñanza y el aprendizaje. Podréis encontrar posts muy interesantes en Twitter sobre la #evaluaciónformativa, pero demos un paso más, dirigiéndonos hacia la autorregulación del aprendizaje, lo que Neus Sanmartí (2007) denomina evaluación formadora.
Estamos viviendo en el mundo educativo un cambio de paradigma hacia una forma de aprender mucho más activa, donde el alumno construye su aprendizaje desde metodologías activas y desarrolla competencias. Evaluar estas competencias y el aprendizaje personalizado a partir de experiencias educativas en las que no todos aprenden lo mismo o de igual forma se hace más complicado. Nos coloca en una situación nueva, donde se hace evidente que los instrumentos y procesos de evaluación han de evolucionar para que ésta sea coherente y adaptada a las nuevas formas de aprender y la nueva información a recoger.
Esta transformación educativa tiene una tendencia hacia la visibilización del aprendizaje, supone compartir con el alumnado los objetivos de aprendizaje y los criterios de evaluación, para hacerles partícipes y lograr la autorregulación respecto a su propio proceso a la hora de aprender.
Se le denomina también evaluación efectiva o auténtica porque se crea una transferencia de la regulación del aprendizaje, que tradicionalmente estaba en manos del profesorado, hacia el alumnado, porque está comprobado que solo el propio alumno puede corregir sus errores, dándose cuenta de por qué se equivoca y tomando decisiones de cambio adecuadas. (Sanmartí, 2007) Y porque el fin de esta concepción es que cada alumno/a consiga los mejores resultados posibles.
Por lo tanto, habrá que seleccionar distintos momentos para aplicar la evaluación, y en cada momento se harán necesarios diferentes instrumentos que la faciliten. Con esta concepción de la evaluación no tiene pertinencia realizar únicamente una evaluación final con una prueba objetiva, porque lo que el alumno pudiera aprender después de esta prueba ya no se puede aplicar a seguir mejorando su proceso de aprendizaje.
La evaluación formadora tiene un papel imprescindible en una educación que quiere favorecer el desarrollo de habilidades y competencias. Para que el alumnado autorregule su aprendizaje necesita planificar la acción, revisar los pasos dados, reflexionar, detectar sus necesidades, aprender a pedir ayuda, todo ello con el fin de mejorar su propia tarea y tomar conciencia de cómo y cuánto aprende y cómo todo este aprendizaje ensambla con lo que ya sabía antes.
Esta evaluación pasa de estar en manos del docente (heteroevaluación), para convertirse en una acción cotidiana donde todos participan, el propio alumno observando su progreso (autoevaluación), y en un ambiente de aprendizaje cooperativo, entre compañeros para darse feedback mutuo (coevaluación), e incluso desde la implicación de las familias.
Una evaluación que utiliza distintos momentos para ser aplicada, distintos instrumentos, y diferentes agentes evaluativos, que favorece el aprendizaje profundo de los aprendices, requiere de una educación más lenta, donde haya tiempo de revisar no solo las producciones del alumnado, sino también el proceso, dando un lugar importante al error como fuente de aprendizaje, como medio para la retroalimentación.
Feedback
En este contexto, donde el error es un eslabón lógico de la cadena, que no hay que ocultar sino compartir para evolucionar desde el aprendizaje que puede desencadenar, la capacidad de dar un feedback útil y constructivo no solo debe ser una habilidad del docente. En el momento en que los instrumentos de evaluación sean usados por los propios alumnos para la coevaluación, el trabajo de cómo hacer una retroalimentación positiva se ha de convertir en un objeto de aprendizaje para todos.
Está demostrada la importancia del lenguaje con el que comunicamos las orientaciones que se dan al alumnado, para transmitir la máxima confianza en su capacidad de aprendizaje, para dotarlos de estrategias que les ayuden a reflexionar y para ir construyendo una mentalidad de crecimiento que favorezca que cada uno de los aprendices sientan que sus resultados siempre van a depender de su esfuerzo y del desarrollo de sus propias estrategias.
Los espacios de regulación en las aulas han de poner el acento en los sentimientos y las experiencias vividas, permitir que se pueda anticipar y planificar qué momentos van a estar dedicados a recibir feedback para generar reflexión sobre cómo aprende uno mismo.
Cómo evaluar durante la #teledocencia
Con la llegada del Covid19 el panorama educativo ha dado un giro inesperado. Los profesores están haciendo el esfuerzo de reinventarse para gestionar una docencia a distancia, de afrontar la necesidad de ser competentes digitalmente para intentar mantener el contacto y la cercanía con su alumnado. Esta situación educativa tan peculiar como la que estamos viviendo, es el escenario idóneo para generar una educación más pausada y que favorezca el aprendizaje autónomo.
Los canales de comunicación complican que la enseñanza siga siendo transmisiva y el diseño instruccional de las situaciones didácticas gana en relevancia para conseguir que los alumnos aprendan a distancia por sí mismos. El proceso de enseñanza-aprendizaje se ha trasladado a otro espacio educativo, un espacio en La Nube, a distancia y muchas veces asíncrono. La normalidad educativa ahora vive en el formato e-learning. Y el papel de coordinación con las familias se hace imprescindible para que en esa colaboración, el aprendizaje pueda continuar desde casa.
En este contexto, el feedback al alumnado se hace mucho más necesario para el acompañamiento de procesos. Igualmente, las herramientas telemáticas que nos permiten trabajar de forma colaborativa abren las posibilidades de un trabajo en equipo que favorece que la retroalimentación a la hora de trabajar surja entre ellos.
Son condiciones de enseñanza aprendizaje diferentes que requieren de una forma diferente de actuar, y por supuesto de evaluar. Se hace muy complicado y algo inapropiado, sostener formatos presenciales en la práctica de e-learning, es ahora, cuando los profesores se enfrentan a tener que evaluar sin la presencia de sus alumnos, cuando se hace más relevante la necesidad de cambiar el concepto de la evaluación y aplicar una evaluación por competencias.
Existen nuevos instrumentos de evaluación que se revelan válidos y adecuados para hacer el seguimiento de los alumnos en esta situación, y que favorecen que el trabajo de estos sea más autónomo y motivador:
- Rúbricas de evaluación, en las que se especifican los criterios de evaluación y que facilitan el desarrollo y la evaluación de productos de las actividades (presentaciones, escritos, vídeos, maquetas…).
- Escalas de valoración que incorporan la planificación y la revisión en el proceso de aprendizaje.
- Check list que les ayuda a consensuar los pasos a seguir y controlar si están siguiendo el proceso correcto.
- Escalera de metacognición, que ayuda al alumno a reflexionar y hacerse consciente de su aprendizaje e identificar sus habilidades, sus limitaciones, sus herramientas cognitivas, cómo han avanzado sus conocimientos, así como a transferirlo a situaciones de la vida real.
- Dianas de evaluación muy apropiadas para la coevaluación, pero también para la detección de fortalezas propias y aspectos a mejorar respecto a una tarea.
- Portafolio digital, o dossier de aprendizaje, donde se podrá recoger las evidencias de lo que se ha aprendido y de cómo se ha aprendido.
Además, numerosas aplicaciones en línea que nos van a facilitar la posibilidad de la evaluación y el feedback en remoto: Google Form, Quick Key, Quizalize, Formative, Metimeter, Playposit, Edpuzzle, Kahoot, ClassDojo; que combinada con la concepción de evaluación formativa y formadora, para usarlas en el momento oportuno y con diferentes finalidades, permitirán que los alumnos consideren la evaluación como una parte importante del aprendizaje, que les ayuda a progresar y conseguir los mejores resultados posibles.
Ahora que tenemos que enseñar desde la distancia y nos estamos reinventando, ¿seremos capaces de hacer llegar el aprendizaje a todas las casas, a todos los alumnos y alumnas y encontraremos la fórmula para acompañar a nuestro alumnado a dar lo mejor de sí mismos a pesar de las dificultades?
Neus Sanmartí (2007): 10 ideas clave. Evaluar para aprender. Ed. Graó. Barcelona.
John Hatie (2012) Aprendizaje visible para profesores. Ed. Paraninfo. Madrid
Carol Dweck (2016) Minset. La actitud del éxito. Ed. Sirio.
Dylan Wiliam (1990 ) INSIDE THE BLACK BOX: Raising Standards Through Classroom Assessment. Letts Edición: UK
Municio, Ana (2016) La autoevaluación como una herramienta de metacognición. Evaluación. Disponible en: http://evaluaccion.es/2016/06/15/la-autoevaluacion-como-una-herramienta-para-el-desarrollo-de-la-metacognicion/.
Morales, Mariana (2019) Lo que necesitan tus alumnos es un buen feedback. Práctica reflexiva. Disponible en: https://practicareflexiva.pro/lo-que-necesitan-tus-alumnos-es-buen-feedback/.
Sanmartí, Neus y Ojuel, Maria (2015) Avaluar per aprendre. Rosa Sensat Disponible en: https://drive.google.com/file/d/1Ac9r_w4YI7NrOb7PpQZlppHOR2cRlLzP/view.
Blog Profesmadeinuk. Evaluación formativa. Comentarios de la lectura del libro Inside the black box, de Dylan Willia. Disponible en: https://profesmadeinuk.blogspot.com/2018/10/llegando-lo-importante-que-es-la.html.
Diego, Raúl . (2017) Aplicaciones para la evaluación en el aula. Blog Raúl Diego. Disponible en: https://www.rauldiego.es/aplicaciones-para-la-evaluacion-en-el-aula/.
Belloch, Consuelo. Diseño instruccional. Unidad de Tecnología Educativa (UTE). Universidad de Valencia. Disponible en: http://148.202.167.116:8080/jspui/bitstream/123456789/1321/1/EVA4.pdf.
Tourón, Javier (2019). 9 estrategias para hacer el aprendizaje visible en tu aula. UNIR Disponible en: https://www.javiertouron.es/9-estrategias-aprendizaje-visible/.
Tourón, J. (2017) Las 10 reglas de oro para dar feedback. https://www.javiertouron.es/las-10-reglas-de-oro-para-dar-feedback/.
Moll, Santiago (2018) Mentalidad de crecimiento o cómo enseñar a alcanzar una meta. Justifica tu respuesta. Disponible en: https://justificaturespuesta.com/mentalidad-de-crecimiento-meta/.