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El confinamiento que salvó la educación

Viernes, 13 de marzo de 2020. Los docentes españoles entrábamos al aula como un viernes cualquiera, sólo que la comidilla de ese día no era dónde se iba a pasar el fin de semana o qué planes había con la familia. El principal tema de conversación era un virus que cada vez teníamos más cerca, pero, como si se tratase de una película apocalíptica, parecía que nunca llegaría a nosotros más allá de lo que veíamos tras la pantalla. Ese viernes, no sabíamos lo que iba a pasar con el virus, pero tampoco sabíamos  que ese día iba a tener lugar un hecho que cambiaría la educación en España: el confinamiento que salvó la educación.

Jueves, 12 de marzo de 2020. El progreso científico y tecnológico ha mejorado la calidad de vida de las personas en sus distintos ámbitos. Los hogares son lugares domotizados, los avances médicos permiten inyectar una microcámara en tu organismo para visualizar tus órganos de primera mano y los vehículos pueden desplazarse cientos de kilómetros con la energía eléctrica. Pero lo más importante, estamos ante una sociedad donde el acceso a la información la encontramos en la palma de nuestras manos, gracias a un teléfono móvil.

Creando una presentación interactiva para exponer en clase sobre los contenidos trabajados.
Creando una presentación interactiva para exponer en clase sobre los contenidos trabajados.

Estamos ante una sociedad cambiante, en la nueva era de la informática y la tecnología. Una sociedad que vive en una continua adaptación y donde las máquinas tienen un papel fundamental en nuestro día a día. Sin embargo, en el ámbito educativo, este progreso y avance no ha sido análogo al del resto de disciplinas o ámbitos. Si recordamos un aula de primaria de los años noventa u ochenta y la comparamos con un aula en la actualidad, es posible que la principal diferencia entre ambas, sea la existencia en la mesa del docente de un ordenador, y en algunos casos, suerte la de ellos y ellas, puede que en el aula también cuelgue una pizarra digital.

Sábado, 14 de marzo de 2020. El Gobierno de la nación decreta el estado de alarma, con la que adopta una serie de medidas para parar la pandemia, que hace días veíamos tan lejos a través de la pantalla y que nunca pensamos que llegaría hasta nosotros y nosotras. Este panorama dejaba una situación insólita, se abría ante los docentes una nueva forma de enseñar y ante el alumnado una nueva forma de aprender. Dudas, incertidumbre y miedo ¿Cómo enseñar y cómo aprender desde la distancia?

El sistema educativo se encontraba ante un nuevo reto, un reto para el que no estaba preparado. Los docentes no estaban formados para una docencia a distancia; muchos de ellos y ellas no disponían de una formación y unas competencias digitales apropiadas, para afrontar este nuevo escenario. Los alumnos y alumnas carecían de dos aspectos fundamentales: por un lado, la competencia digital, esa de la que tanto hemos oído hablar, resulta que no ha sido desarrollada en muchos casos a través de las tareas que se proponen. Por tanto, estamos ante un nivel de alfabetización digital escaso. Y luego el otro problema, no todos los niños y niñas tienen acceso a dispositivos tecnológicos y en muchos casos, tampoco la conexión a internet. Luego, están las familias, donde algunas tienen conocimientos en herramientas digitales, mientras otras carecen de dicha habilidad. En definitiva, docentes, discentes y familias, se enfrentan a una situación compleja, la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje por medio de un panorama insólito, novedoso, y en el que la mayoría de casos, no estamos preparados.

Tarea para organizar un viaje mediante el uso de las tabletas digitales.
Tarea para organizar un viaje mediante el uso de las tabletas digitales.

No hay que olvidar otra parte importante que complementa este triángulo, las administraciones educativas. Falta de material tecnológico en las escuelas, escasa formación digital para los docentes, falta de acceso para familias y alumnado a los recursos digitales, ocasionando esa llamada “brecha digital”, plataformas oficiales obsoletas, etc. La normativa vigente, está a años luz por delante de la realidad de los centros educativos, en una carrera donde de relajarse la normativa, la realidad nunca la superaría, como la tortuga a la liebre.

Dicen que de las crisis nacen las mejores oportunidades, y esta crisis acababa de dar a luz a la mejor oportunidad que la educación se había encontrado.

El verbo aprender pasó de conjugarse a partir del hogar, la calle y la escuela, a conjugarse en cualquier momento y sobre cualquier tema (Trujillo, 2014). La alfabetización digital que durante años se intentó desarrollar, en cuestión de horas era una realidad. El verbo enseñar, en cambio, se conjugaba hacia el docente y su inseparable libro de texto. Hoy día, el verbo enseñar ha sufrido una transformación brutal, que aunque a una velocidad inferior a la de aprender, el ritmo de la marcha es constante y en posible incremento.

Las administraciones han comenzado a ponerse las pilas y a dotar a muchos centros de mejoras tecnológicas, que aunque son insuficientes en muchos casos, no dejan de ser una bocanada de aire fresco a los obsoletos equipos de antaño. En mi centro educativo durante el confinamiento ofrecieron unas tabletas digitales para hacerlas llegar al alumnado, que por diferentes motivos, no tenían dispositivos adecuados para continuar con su aprendizaje. Fue una medida parche, tardía y difícil de gestionar, pero esas tabletas una vez acabado el confinamiento, son parte del centro y se usan a diario para las distintas actividades programadas. Durante este curso han llegado portátiles, que igualmente son usados en la programación diaria cómo sustitución o complemento del libro de texto, dependiendo del caso.

Los centros educativos destinan ahora parte de su presupuesto a ir renovando el equipo tecnológico y las familias, con un esfuerzo económico, priorizan los intereses adquisitivos hacia este tipo de dispositivos.

Otra parte fundamental en esta nueva dimensión, son las empresas. Cada vez hay más proyectos innovadores centrados en el sector educativo. Si echamos la vista atrás, los softwares, hardwares, recursos web, plataformas, etc. Eran todas de uso genérico, donde el docente podía sacar beneficio didáctico en función de las características de esta, de las tareas que se iban a proponer o de los intereses del alumnado. Hoy día existen multitud de recursos y empresas específicas en nuestro sector. Plataformas cómo Classroom, cuadernos digitales para el profesorado cómo iDoceo o Additio, web de fichas interactivas (Liveworksheets), Canva for Education, Genially, Kahoot o Quizizz, plataformas gamificadoras (My Class Game, Classcraft, ClassDojo…), realidad aumentada, impresión 3D, robótica, programación (Scratch), y un sinfín de posibilidades.

Todos estos elementos se han incorporado a la práctica didáctica en cuestión de segundos, en primer lugar por ser recursos muy motivadores e interesantes para el alumnado, y en segundo lugar, por ser plataformas que facilitan la labor docente y repercuten positivamente en el desarrollo de nuestros niños y niñas.

Grabación de un podcast educativo.
Grabación de un podcast educativo.

En mi caso concreto, el caso de mi centro, disponemos en la actualidad de dos carros con portátiles, un carro con Chromebooks y otro con tabletas. Junto a ello, disponemos de una sala de informática compuesta por quince ordenadores de sobremesa que poco a poco están siendo renovados. La mayoría de nuestras aulas disponen de pizarras digitales y son muchos los docentes que se interesan cada vez más por el uso de herramientas digitales. Es una delicia oír el ruido de las ruedas de los carros hacia un lado y hacia otro, ver la cara de felicidad de unos alumnos/as cuando ven entrar el carro a clase y sus gritos y vítores ¿Será igual de motivante ver un corazón mediante una ilustración en un libro de texto, que comprobar su latido mediante realidad aumentada? ¿Es igual hacer un examen escrito, que examinarse mediante un juego a modo de concurso televisivo en Kahoot?

Lunes, 10 de enero de 2022. Docentes y alumnos/as entran al aula después de las vacaciones navideñas. Muchos comparten un punto en común, Santa Claus o los Reyes Magos han venido cargados de regalos digitales para uso educativo. Actualmente nos encontramos ante una nueva forma de aprender y de enseñar, estamos ante un nuevo escenario donde el papel de maestros, profesores, niños, niñas y familias, ha cambiado y está cambiando a la par del cambio que la sociedad actual requiere. Quizás nos quede mucho por cambiar, quizás el camino sea largo y quizás caminemos más lento de lo que debemos, pero lo importante es seguir avanzando, no pararnos y mucho menos retroceder. En estos años, tras muchos Reales Decretos educativos que intentaron cambiar la forma en la que se enseña y la forma en la que se aprende, al fin se consiguió. La paradoja es que esa normativa no era educativa, el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, no establecía objetivos didácticos, ni contenidos, ni orientaciones metodológicas. Esa ley declaraba el estado de alarma en el país, esa ley declaró el confinamiento que salvó la educación.


Trujillo, F. (2014). Artefactos digitales. Una escuela digital para la educación de hoy (1º ed.). Barcelona: Graó.

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Rafael Martínez Reiné
Maestro de Educación Primaria en el CEIP Reina María Cristina de Isla Cristina (Huelva-Andalucía). Apasionado por enseñar debido a la pasión por aprender. Tengo la suerte de ser docente en el lugar donde fui alumno y donde coordiné varios programas relacionados con las tecnologías y la biblioteca escolar.

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