El pensamiento crítico. Una habilidad más allá de la transversalidad en educación
El pensamiento crítico está considerado como una de las habilidades humanas más integrales dentro de las alternativas académicas en cuanto a competencias se trate lograr dentro del currículum escolar. Si bien está ligada al área de las Ciencias Sociales, el presente artículo pretende desmitificar esta afirmación, trasladando el positivo impacto de esta habilidad a la mayoría de las áreas curriculares de la educación, puesto que se evalúan procesos y se desarrollan estrategias con el fin de resolver problemas, tomar decisiones y aprender nuevos conceptos, acciones que se llevan a cabo en todas las áreas académicas y asignaturas educacionales. Junto con ello, es importante destacar que el pensamiento crítico puede ser enseñado en cualquier nivel académico, lo que otorga una gran ventaja en cualquier sistema educativo del mundo y quiebra el paradigma tradicional de entrega de contenidos basados en la entrega directa y memorización para su posterior reproducción, logrando una retención básica y, por cierto, una nula aprehensión de estos.
Sócrates (430 – 399 a. C.), filósofo de la antigua Grecia, proponía que el conocimiento no debía aprenderse por una simple acumulación de saberes, sino de poner en tela de juicio lo que se sabe e ir construyendo la verdad, y esta propuesta remueve los cimientos del genuino paso de “aprender”, que consiste en reflexionar y asimilar todo contenido aprendido, es decir, crear aprendizaje significativo y sostenible, de manera que perdure en el tiempo. Dentro este nuevo enfoque, podemos incluir además la libertad que cada estudiante posee en torno a sus gustos por ciertos contenidos y sobre todo en la utilidad que le podrá generar en su vida. Es por ello que el pensamiento crítico puede ser entendido como cuestionamiento o evaluación de algún contenido, lo cual abre un panorama ideal para extender esta habilidad en todas las áreas del conocimiento, debido a que, más allá de “conocer”, implica comprender, evaluar y resolver alguna temática o problemática presentada por el docente.
Para el logro del pensamiento crítico, podemos considerar seis habilidades encadenadas en pasos lógicos, posibles de incluir en todas las áreas del conocimiento.
- Analizar: Referido a considerar las partes y características de un todo inserta en un contenido. Esta habilidad la podemos encontrar en la mayoría de los objetivos curriculares en los planes y programas de estudios escolares.
- Razonar: Consiste en formar un juicio a partir de conclusiones obtenidas luego del análisis de un contenido observado. Al igual que el “análisis”, razonar es fundamental para entender abiertamente un contenido y que puede estar presente en todas las áreas del saber.
- Cuestionar: Se refiere a poner en duda el conocimiento entregado, en hacer preguntas sobre la realidad que nos rodea y sus respuestas. Esta habilidad acomoda a las áreas humanistas y artísticas, y quizás no sea tan cómodo de abordar en el área de las ciencias exactas, puesto que las respuestas se enmarcan en contestaciones taxativas, sin poder tener mayor alternativa para modificar un resultado, debido al marco teórico que la sustenta.
- Evaluar: Significa valorar, ponderar o estimar un valor o importancia en algo. Determinar un valor en función de criterios. Es posible aplicar esta habilidad en todas las áreas del conocimiento, debido a que la evaluación que un estudiante realiza es de carácter absolutamente personal, tanto en su gusto propio o inclinación académica que realice de una asignatura, independiente del proceso específico para obtener un resultado.
- Tomar decisiones: Implica emitir un juicio definitivo sobre alguna temática, incluyendo una propuesta concreta y posicionamiento de solución. Al igual que la habilidad de “cuestionar”, esta habilidad acomoda más a las áreas humanistas y artísticas, debido a que hay presencia de juicios de valor comprometidos ante algunas temáticas observadas y quizás, no existan mayores alternativas de abordar en el área de las ciencias exactas, puesto que las respuestas son específicas, sin posibilidad de obtener resultados alternativos.
- Actuar: En definitiva, el resultado final de esta habilidad, entendido como medio de transformación de la realidad que tenemos desde el compromiso social adquirido en cada uno de los pasos anteriores. Al igual que la “toma de decisiones”, esta acción está ligada más a las áreas humanistas y artísticas, debido a que son mayores las posibilidades de demostrar y comprometerse con los contenidos aprendidos y aprehendidos. Si bien pueden existir opciones para otras áreas del conocimiento, muchas de estas oportunidades quedan en manos del ingenio de cada docente.
Estos seis pasos demuestran el logro de esta habilidad. Además, nos invitan a estar sensibilizados con la realidad de todas las personas y de nuestro mundo en general, desde áreas lejanas como cercanas, en ámbitos político, social, ético y personal, puesto que pretende desarrollar una sociedad sostenible en el tiempo, sin dejar de lado a ningún área del conocimiento, puesto que se producen numerosas interrelaciones en los diversos contenidos académicos del aprendizaje.
También es cierto considerar que es posible que la competencia del pensamiento crítico se incrementa con la edad y con las experiencias de vida, y no necesariamente de un proceso de aprendizaje de aula. Sin embargo, esta habilidad se logrará en la medida que cada profesor implemente en su ejercicio docente los pasos observados, en donde más allá de entregar contenidos, cada estudiante además será protagonista de tu aprendizaje, pudiendo transitar desde un sencillo conocimiento hasta tomar una postura moral y activa frente a alguna temática estudiada. He aquí lo fundamental que resulta el trabajo de cada profesor para perdurar y llegar a un contenido en el tiempo y la vindicación de cada temática que enseña.
Finalmente, el pensamiento crítico es indispensable para que la persona pueda desarrollar su potencial y aportar a la sociedad lo mejor de sí mismo, puesto que puede hacerse responsable y comprometerse mediante acciones concretas en su realidad cercana y construir un mundo mejor.
Hace años, el gran pacifista hindú Mahatma Gandhi nos invitaba a desarrollar esta habilidad a través de una breve oración y sabio mensaje a la humanidad; “sé tú el protagonista de los cambios que quieres ver en el mundo”.